octubre 16, 2006

EL CAMINO PARA EL AMOR


El credito de la reflexion de lo que viene a continuacion no es mio. Me lo envió un amigo en el momento preciso. Lo publico aca porque sentimientos extraños en mi. Logro algo que es muy dificil. Leer este parrafo me saco de uno de mis tipicos bajones. Asi es que con el respectivo permiso de Alier, ahi va...


Sólo cuando estás bien con tu propia persona
puedes estar bien con los demás.
Sólo cuando manejas tu soledad
puedes manejar una relación.
Necesitas valorarte para valorar,
quererte para querer,
respetarte para respetar,
y aceptarte para aceptar,
ya que nadie da lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación te dará la paz
que tú no puedas crear en tu interior.
Ninguna relación te brindará la felicidad
que tu propio ser no pueda construir.
Solo podrás ser feliz con otra persona
cuando seas capaz de decirle con convencimiento:
"No te necesito para ser feliz".
Solo podrás amar siendo independiente,
hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.
Solo se puede ser feliz cuando dos personas felices
se unen para compartir su felicidad, no para hacerse felices la una a la otra.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia,
necesitas autoestima
y la práctica de una libertad responsable.
Pretender que otra persona nos haga felices
y llene todas nuestras expectativas
es una fantasía narcisista que solo trae frustraciones.
Por eso ámate mucho,
madura,
y el día que puedas decirle al otro:
"Sin tí la paso bien" ...
ese día tu ser estará más preparado para vivir en pareja.
Buscamos una pareja
muchas veces para escapar de nuestra soledad.
No nos sentimos bien estando solos y
parece que sin otro ser nuestra vida no tuviera sentido.
Para sentirnos valiosos,
importantes y
necesarios nos abrazamos a una relación y
si esta se rompe nos sentimos morir un poco.
¿Por qué buscamos muletas?
¿Por qué creemos que sólo estando en pareja podemos lograr sentirnos felices?
Podemos empezar a trabajar con nuestro interior...
Podemos aprovechar nuestra soledad para crecer por dentro...
Podemos comenzar de pronto algo que veníamos postergando por falta de tiempo.
Podemos...
Podemos darnos cuenta que somos importantes,
más allá de nuestra pareja.
Solo estando bien por dentro podemos
atraer a nuestra vida personas valiosas...

SOLITARIO


Busqué por mucho tiempo. Pero no me gusto lo que encontré. Quizás parezca repetitivo señalarlo, pero el desencanto forma parte mía, y creo que de todos, independiente del genero o la edad. Muchas veces comenzamos ilusionados algún proyecto y poco después, desalentados lo botamos a medio camino, sin importarnos, como quien tira un diario sensacionalista en cualquier basurero. O lo podemos leer hasta el final, sin ganas, por obligación, por el solo deseo de cumplir o justificar el dinero que en un principio invertimos. Y muchas veces ni siquiera llegamos al final. Abandonamos su vida sin darnos cuenta, con una transición lenta y angustiosa. También por obligación, también por compromiso Dejamos parte de nuestras vidas, parte de nuestras experiencias botadas a la vera del camino, como deshaciéndonos de una alhaja anticuada, de un capricho que nunca debimos comprar. También ocurre cuando conocemos personas. En un principio pueden parecernos fascinantes y maravillosas. Luego nos desencantamos o peor aún sufrimos una decepción. Es como si fuésemos el vigía de un barco explorador. Puede que a lo lejos divise una montaña, blanquísima y enorme, que casi toca el cielo .Solo podemos apreciar la cima, todo el resto esta vestido de niebla, como si de un albísimo traje de algodón se tratara. Pero conforme transcurren las horas, el fastuoso revestimiento, que tanto nos impresiono y lleno de esperanzas, se desvanece, perdiéndose en la profundidad del cielo. Y ahí vemos que nuestra salvación no se trataba más que de un peñasco agreste y sin vida, falto de colores, inhóspito y hasta hostil. Solo conserva la majestuosidad de su pico nevado, el recuerdo de una belleza perdida. La carnada con la cual pretende atraer ilusionados marinos, buscadores de esperanza. Desilusionados y sin meditarlo tomamos el timón y giramos hacia el lado contrario, esperando nunca mas volver ahí.
Las búsquedas son así, llenas de escollos y fracasos y muchas veces la búsqueda concluye sin haber encontrado nada. O podemos encontrar otra cosa, algo no previsto, alguna pequeña joya escondida entre nuestra ropa. Algo que siempre estuvo allí pero no parecíamos su verdadero valor. Afortunados los que se dan cuenta de ello. Infelices, aquellos que tarde lo descubren, cuando el tesoro ya fue a parar a otras manos o lo perdimos sin darnos cuenta. Y es ahí cuando nos sentimos solitarios. No niego que muchas veces añoro la soledad, la busco, y los que me conocen bien ya lo saben. Y respetan eso. Pero otras veces me aburre oír solo mis pensamientos, me abruma sentirme triste y cansado. Y no tener a nadie. Siento a veces, que soy yo aquel diario abandonado al borde del camino, desechado y expulsado de la vida de alguien. Una historia que nadie leerá.
A veces empiezo a creer que mis ideas y mis creencias me alejan de los demás. Que nadie me sigue, que mi canción solo es para las piedras. Y lo peor siento que estoy condenado a ser un solitario entre multitudes, a perder siempre a quien me acompañe. Ser como Lestat, el protagonista de Las Crónicas Vampirícas de Anne Rice. Buscar, crear, amar y siempre estar solo. Al menos yo no viviré cientos de años.
No es por orgullo, no es por vanidad, eso solo que quiero hablar y tener respuesta. Transformarme en grito y deslizarme por otra garganta, diferente a la mía, pero con la misma voz