junio 20, 2008

Invisible









Invisible

Antes de ti era invisible,
Vacío a los regalos del cielo
La lluvia no me miraba
El sol no me palpaba.

Me cuesta creer que estuviste tanto tiempo ahí
Sentada frente a mí, bajo ese
Árbol viejo y nudoso.
Sosteniendo mi mano,
Evitando mi caída
¿Cómo puedes ver a través de mis ojos?
¿Cómo conoce las frenéticas tempestades de mi alma inquieta?

Antes de ti estaba helado e insensible.
Solo respiraba, no vivía.

Ahora tú me inspiras,
Es tu voz la que acaricia mis prados,
Son tus ojos los que escribo
Con tinta en mis cuadernos.

Y siempre estuviste allí,
Junto a mí, frente a mí.
Invisible,
Como tus manos frías en una noche de invierno.

Amo la palidez de tu piel.
Me enamore de la perspicacia de tus palabras.
Te rapté y te lleve a un refugio.
Ahora eres mi cautiva,
Mujer de papel.
Amante de suspiros.
Musa Invisible que recorre mis noches.
Estabas aquí, estas allí.

Antes de ti solo era el día y hipocresía.
Después de ti, fue la noche y la poesía.

Manantial de bebedores salvajes,
Antes de ti estaba perdido, cayendo al abismo.
Por fin encontré tu cabello cobre.
Y eres mía.
Y aunque el resto no lo sepa,
yo soy tuyo.




Legiones



Legiones caminan a mi encuentro.
Legiones de voces,
tumultuosas y mudas.

Su ruido estridente nada dice, distingo palabras
Pero la razón las escabulles.

Rapsodias de idiotez.
Buscan en vano la belleza,
Y sus cuerpos jamás serán.
Solo reflejan lo que el
vulgo quiere ver.
Son espejos vacíos y enmohecidos,
mostrando imágenes distorsionadas de nosotros
mismos
De la putrefacción en la que nos hemos
convertido




Flores Azules



Nada mejor que flores
azules,
para recompensar mi nostalgia.

Y si mi voz sobrepasa
distancias,
para llegar a ti, en la forma
de frías letras negras;
tus pensamientos correran
a mi,
junto con la lluvia.

La lluvia cercana y traidora.
borra de mi tu aroma,
me arranca de tus pensamientos con su frio beso.

Demiurgo.
Toma mis movimientos
Y moldea con ellos la forma de la aurora.
bésame a través de labios metálicos;
Y siente en tu piel la lisonja gélida de dedos
grises y plásticos.

¿Me cuido de ti?
Cuidare que tu ímpetu desbocado
no termine arrancando la poca razón que me queda.
O por otro lado
¡Arráncame la razón!
y amasa con ella mis nuevas teorías!

Las larvas seguirán pululando en
el fondo del pozo,
las abejas seguirán volando,
organizando el panal.

Flores azules.
No virtuales, flores de verdad.
Flores que huelan,
flores que tengan sabor a polen,
cuando con tus labios pruebes
el dulce néctar que prepara la
Abeja Reina.